Chorizo de calabaza

Chorizo de calabaza

¡Hola! ¡He vuelto! Sí, llevo casi un año entero sin dar señales de vida por aquí. Y, sí, sin dar ninguna explicación (¡gracias mil a quienes preguntásteis si estaba bien!).  Y la verdad es que no sé qué va a pasar con el futuro de este blog. La vida es cambio y, casi siempre, te pilla de improvisto y te pone del revés.

Pero tenía muchas ganas de compartir esta receta (y alguna otra, que he estado de experimentos culinarios varios), porque me encantan estos chorizos. Así que, de momento, aquí estoy. La calidad de la foto no es la acostumbrada, muy a mi pesar, pero debido al tiempo era esto o nada. Y prefiero al menos compartir lo que hay.

Por cierto, parece una receta complicada porque lleva un poco de tiempo. En realidad, ya verás que es muy sencilla. Sólo que sí que hay que estar bastante tiempo pendiente del reloj. Pero, aparte de eso, tampoco es de estar mucho rato cocinando activamente. Y el resultado merece del todo la pena. Un sabor y una textura auténticos. ¡Y sin gluten!

1 calabaza grande (7 kilos aprox.)

Por cada kilo de calabaza asada (pelada y escurrida):
50 gramos pimentón ahumado
10 gramos sal
2 cucharadas orégano
2 cucharadas aceite de oliva virgen extra
1 cucharada ajo en polvo

Partir la calabaza en unos ocho trozos grandes. Colocar los trozos boca abajo (con la piel hacia arriba y la pulpa hacia abajo) repartidos sobre la bandeja y la rejilla del horno, e introducir ambos en distintas alturas del horno. Asar a 200º C durante unos 40 minutos.
Sacar la pulpa asada con una cuchara e ir echándola en un escurridor grande; desechar la piel. Dejar escurrir varias horas (durante un día o una noche, por ejemplo), recogiendo el jugo para usarlo en otras preparaciones (sopas, guisos, arroces, etc.).
Pesar la calabaza ya escurrida y añadir la proporción de especias indicada por cada kilo. Mezclar muy bien hasta lograr una masa uniforme.
Coger pequeñas porciones de masa con las manos y darles un poco de forma alargada (quedará muy húmeda y un poco amorfa de momento). Colocarlas sobre la bandeja del horno y encima de una lámina de silicona o de papel colocada sobre la rejilla. Meter en el horno y «curar» durante unas 6 horas a 75º C, dejando la puerta un poco abierta (metiendo un trapo doblado para que no se cierre del todo, por ejemplo). Al cabo de ese tiempo, volver a darles forma las manos, ya que esta será la apariencia definitiva del choricillo. «Curar» de nuevo varias horas más (ir viendo según la humedad ambiental) a igual temperatura y con la puerta abierta.
Y a disfrutar tal cual, o salteado, frito, horneado… Se pueden dejar curar más aún al estilo tradicional, colgados en algún lugar seco, pero cuidando que no se manchen (¡no tienen envoltorio!). También se puede congelar.

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2 respuestas a Chorizo de calabaza

  1. Mayte dijo:

    Holaaa y qe gusto volver a tenerte….me alegro d saber qe sigues cn ganas y cn todo lo qe sea qe estás transitando….un abrazo 🐉 cálido y te dejo cn mi dragona …..🏡 Mayte

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